La fiscal Valeria Rissi continúa investigando otros hechos cometidos por el empresario de las criptomonedas en Córdoba.

lunes, 20 de octubre de 2025

Edgar Adhemar Bacchiani (48), el tristemente célebre “Trader God”, se encuentra en el ojo de la tormenta por un nuevo e importante frente judicial. 

A las causas por estafas masivas pendientes en Catamarca,  Tucumán y La Rioja, se suma nuevamente la provincia de Córdoba, donde la investigación de la fiscal Valeria Rissi estima que el número total de estafas reiteradas atribuidas a su financiera Adhemar Capital podría ascender a cerca de 200 hechos, duplicando los casos ya consolidados.

Cabe recordar que Bacchiani se hizo conocido en buena parte del territorio argentino por montar oficinas de la financiera antes mencionada que captaban ahorros con promesas de rendimientos siderales en dólares. 

En su local del barrio Cerro de las Rosas en Córdoba, al igual que en otras provincia, Bacchiani les aseguró a quienes invirtieron sus ahorros jugosos rendimientos de entre el 8 y el 15 por ciento efectivo mensual en dólares, una desusada utilidad para el más alocado mundo de los “negocios”.

 Detrás de esas promesas, además de la codicia de los ahorristas, se ofrecía la colocación del dinero en criptomonedas, contratos de mutuo y otras modalidades de ingeniería financiera que terminaron por estallar cuando se descalzó el esquema piramidal.
Primero comenzaron pagando rendimientos que no sirvieron sino para tentar a otros incautos ahorristas, que empezaron a gozar de las mieles de una situación irreal. 

Algunos de estos cometieron el error de “reinvertir” toda su ganancia, mientras que muchos particulares dejaron “todo” para entrar en el negocio de ganancias siderales, vendiendo casas, utilizando indemnizaciones o ahorros de toda una vida que, al evaporarse repentinamente, los dejó sumidos en la más absoluta desazón.

La fiscal Rissi fue insistente y le ganó la pulseada a la Justicia federal catamarqueña. Consiguió llevar a Bacchiani a juicio y en marzo pasado en la Cámara 10.ª del Crimen de Córdoba logró una condena de nueve años de prisión por medio centenar de estafas, el primer grupo de hechos que se cometieron en Córdoba. 

En la sentencia, los vocales del crimen calificaron a “Trader God” como un individuo de “alta peligrosidad” por sus habilidades de estafador. El tribunal valoró su educación (llegó a 4.° año de la carrera de contador público), su capacidad para comprender el disvalor de las conductas llevadas adelante a sus 45 años, la extensión del daño a 50 víctimas y el prolongado lapso de dos años para estafar, destacando el “ánimo de lucro ilegítimo” y la intención de obtener un beneficio económico ilegal.

Cuando Bacchiani ya estaba a punto de partir —detenido— rumbo a ésta provincia para continuar con otros trámites procesales de causas locales, Rissi lo retuvo. La fiscal pidió indagarlo por otros 47 hechos, entre cerca de 200 que tiene acumulados por denuncias cordobesas. 

El abogado Eduardo Gómez Caminos se opuso a la nueva prisión preventiva, pero el juez de Control José Milton Peralta recientemente ratificó la medida dispuesta por la fiscal y sostuvo esa cautelar, permitiendo luego que Bacchiani retorne a Catamarca para continuar su derrotero por Tribunales.

Más allá de los procesos pendientes en Catamarca y Tucumán, Rissi tiene otros cien hechos más por analizar a partir de denuncias formuladas por cordobeses en contra de “Trader God”. Ya fueron juzgadas 50, está con prisión preventiva por otras 50, por lo que el número de estafas reiteradas en esta jurisdicción puede trepar a unas 200.

Diferente fue el camino que siguió el “socio” de Bacchiani, José Blas, que es perseguido también en Catamarca, pero tenía una acusación por una presunta estafa en Córdoba. En este caso, el juez Peralta revocó la prisión preventiva que había dispuesto Rissi, permitiéndole continuar el proceso en libertad. 

A Blas se le reprocha una estafa cometida en el local del Cerro de las Rosas, pero Peralta consideró que, por tratarse de un solo hecho y haber resarcido económicamente a la víctima, entre otros argumentos, podía levantarse la cautelar. Blas estaba con prisión domiciliaria por tener un hijo de corta edad con severos problemas de salud, por lo que el levantamiento de la preventiva viene a atenuar las medidas de sujeción que soportaba.