Los guardiacárceles Jesús Molina y Raúl Valdez fueron absueltos por falta de acusación fiscal. Investigarán la denuncia de Jacobo Jiménez.

sábado, 18 de octubre de 2025

Finalmente, ayer como estaba previsto se llevó a cabo la última jornada en el juicio por la comercialización de estupefacientes en el interior del Servicio Penitenciario por la que una banda de diez integrantes, entre guardiacárceles, internos, exinternos y un taxista, se sentaron en el banquillo de los acusados por más de dos semanas.

Pasadas las 9 de la mañana, la audiencia inició con la última palabra de los imputados. Si bien en su mayoría los acusados pidieron disculpas y otros se declararon inocentes, tomó relevancia lo manifestado por Jacobo Jiménez, quien pidió “protección dentro del penal”.

“Aprovecho esta oportunidad para pedirle señor juez que me den protección porque estoy sufriendo acoso en el servicio por parte del personal con el que no tengo ningún tipo de trato. El jueves, cuando regresamos en la combi a la cárcel, un guardiacárcel me sacó las esposas y me invitó a pelear. Pasé por un maricón, pero ya no quiero tener más problemas quiero cambiar en mi vida, pero así no puedo. Ahora, no me quieren pagar en la panadería del penal donde trabajo y me suspendieron por quince días. Solo le pido señor juez que me ayude porque lo que vivo no es vida en la cárcel”. 

A lo manifestado por Jiménez, el presidente del tribunal, Dr. Enrique Lilljedahl, solicitó por secretaría que se extraigan copias y se envíen a la Fiscalía Federal para que se abra una investigación al respecto.

Sentencia 

Pasadas las 12.15 horas, los jueces del Tribunal Oral Federal reanudaron la audiencia y en presencia de los imputados y familiares en la sala dieron a conocer el veredicto de sentencia.

Por unanimidad, los magistrados resolvieron declarar culpable a Jacobo Jiménez, a su padre Mario Roque Jiménez, a Sergio Apud, Kevin y Cristian Barros como coautores y partícipes secundarios, respectivamente, del delito de comercialización de estupefacientes doblemente agravado por la participación de tres o más personas organizadas y por haber sido cometido en el interior de un lugar de detención, en concurso real con transporte de estupefacientes, agravado por la intervención de tres o más personas organizadas.

Se les dio la pena de siete años de prisión.

Por igual monto de pena, el tribunal condenó al guardiacárcel Lucas Brandán por el delito de partícipe necesario del delito de comercialización de estupefacientes, triplemente agravado por la participación de tres o más personas por haber sido cometido por un funcionario público en cargado de la guarda de presos y por haber sido cometido en el interior de un lugar de detención.

En tanto, Ariel Brandán, el taxista, fue condenado a tres años y seis meses de prisión y Daiana Sarmiento a tres años de prisión en suspenso.

Vale señalar que, tanto el guardiacárcel Brandán como el taxista también del mismo apellido, pero sin ningún tipo de parentesco, permanecerán en libertad hasta tanto quede firme la condena.

En cuanto a los guardiacárceles Jesús Molina y Raúl Valdez, fueron absueltos por falta de acusación fiscal, es decir que, durante los alegatos del Ministerio Público, no se los acusó. 

En la sentencia, el tribunal también ordenó que la Fiscalía federal inicie la investigación correspondiente ante lo denunciado por el ahora condenado Jacobo Jiménez por el trato que recibe en el penal, situación que se vincula con la causa por la que llegó al banquillo.