“Si le hubiesen hecho una cesárea al principio, estaría viva”, denuncia Jorge, su esposo. El caso llegó a TN y La Gente.

26 de noviembre 2022

Brenda Riego (35) cursaba un embarazo de riesgo y al llegar a la maternidad del hospital provincial Narciso López, en Lanús, le dijeron que el corazón de Nehemías ya no latía. La mujer estuvo más de ocho horas esperando el parto de un bebé presuntamente muerto hasta que ella murió desangrada. Su familia denuncia mala praxisy la Justicia abrió una investigación por homicidio culposo.

Jorge Benítez (40) busca respuestas y dice que nunca habrá lágrimas suficientes. “No entiendo por qué la dejaron desde el mediodía con el bebé adentro. Pudieron haberla operado y hoy mi esposa estaría viva”, dice a TN y La Gente. “Tengo angustia, dolor, bronca. Lloro cada cinco minutos. Y ellos dicen que todo lo que hicieron estuvo bien. ¿Podés entenderlo?”.

A las 10 de la mañana del viernes 18, Jorge recibió el llamado de Yasmin (14), una de las hijas de Brenda, con quien el hombre había formado una familia ensamblada con seis chicos. La adolescente le dijo que su mamá se había descompensado, que las contracciones eran constantes y cada vez más fuertes.

Jorge estaba en su trabajo como operario en una empresa de seguridad. Llamó al 107 con lo último que le quedaba de batería en el celular y corrió hasta su casa, en Monte Chingolo.

Al llegar, leyó un mensaje que Brenda le había enviado un rato antes: “Amor, olvidate del bolsito. No traigas nada. El bebé está sin latidos”. Ya en el hospital, y todavía en shock por la noticia, Jorge escuchó a los médicos.

“Me dijeron que el bebé había fallecido y que querían inducir a Brenda a un parto natural”, cuenta. “Estaba pálida, deshidratada -continúa-, Tenía los labios morados y secos. Le acerqué agua y no tenía fuerzas para tomar”.

Jorge y Brenda hace algunas semanas. El hombre reclama justicia para su mujer y su bebé. (Foto: gentileza Jorge Benítez)
Jorge y Brenda hace algunas semanas. El hombre reclama justicia para su mujer y su bebé. (Foto: gentileza Jorge Benítez)

“Amor, no quiero parto natural: quiero cesárea e irnos lo más pronto posible”

Cuenta Jorge que le indicaron retirarse y regresar más tarde, en el horario de visitas pautado para las 18.30. Al volver, lo hicieron esperar un rato “porque ella estaba siendo asistida por el cuerpo de psicólogos”. Cuando entró a la habitación, Brenda le dijo: “Amor, no quiero parto natural. Quiero que me hagan una cesárea e irnos a casa lo más pronto posible”.

Jorge fue a buscar a una enfermera y le transmitió la súplica de su esposa: “‘Ahora vemos’, me contestó. Mientras tanto, las horas seguían pasando y ella seguía con el bebé adentro. Yo la abrazaba y estaba fría”.

“En un momento, Brenda estira el brazo, me acaricia y me dice: ‘Me parece que rompí bolsa’. Levanté la sábana y era un río de sangre”, relata.

Una vez más, corrió en busca de ayuda y ahí los médicos ordenaron el traslado de Brenda al quirófano. “Andá a buscar una faja y volvé”, le indicó una enfermera a Jorge. “Volví con la faja y Brenda todavía estaba en quirófano. Los médicos me dijeron que se había desprendido la placenta, que no se soltó el útero y eso provocó mucha pérdida de sangre”, cuenta.

Eran las 21.30. Brenda estaba con respirador y tenía baja presión arterial. “Ahí me ordenaron que me fuera a casa y me dijeron que me iban a llamar”, sigue Jorge.

El teléfono sonó a las 0.30 del sábado y Jorge escuchó la peor noticia: Brenda había muerto.

Familiares y amigos de Brenda protestaron en la puerta del hospital. Las movilizaciones seguirán la semana que viene. (Foto: gentileza Jorge Benítez)
Familiares y amigos de Brenda protestaron en la puerta del hospital. Las movilizaciones seguirán la semana que viene. (Foto: gentileza Jorge Benítez)

“Se niegan a darme la historia clínica de mi esposa”

Mientras la angustia apretaba y las respuestas brillaban por su ausencia, Jorge se presentó horas más tarde en el hospital para reclamar las autopsias del bebé y de su esposa. Quería saber cuándo y por qué el corazón de Nehemías había dejado de latir: “Nunca supimos si había sido en casa, en el camino o en el hospital”. La bronca por la demorada cesárea a su esposa y la sensación de que su muerte había sido un absurdo evitable se volvían cada vez más grandes.

“Me hicieron firmar la solicitud de autopsia del bebé, pero la de mi esposa me la negaron”, denuncia Jorge. Era la mañana del sábado y el personal del sector legales del hospital recién debía reincorporarse el martes, luego del feriado del lunes. Demasiada espera para preguntas urgentes.

Jorge se dirigió a Comisaria 2da de Lanús. El jefe de calle le tomó declaración y, finalmente, la Fiscalía N°7 abrió una investigación por homicidio culposo. Los cuerpos de Brenda y el bebé fueron trasladados a la morgue de Lomas de Zamora para las pericias del caso.

Jorge y sus hijos piden justicia por Brenda y Nehemías. (Foto: gentileza Jorge Benítez)
Jorge y sus hijos piden justicia por Brenda y Nehemías. (Foto: gentileza Jorge Benítez)

El domingo, ya asesorado en la vía legal, Jorge se presentó otra vez en el hospital para reclamar la historia clínica: “No me la quisieron dar. Brenda había llevado una carpeta con todos los estudios que se había hecho durante el embarazo y también me la negaban. Mi abogada intercedió y pude llevarme la carpeta, pero la historia clínica todavía no la tengo”.

Brenda cursaba el octavo mes de gestación. En septiembre le habían diagnosticado un embarazo de riesgo a raíz de una fisura en la bolsa de líquido amniótico. En esos días comenzó a atenderse en el Narciso López de Lanús.

Una médica del hospital le recetó unas inyecciones que -cuenta Jorge- ayudarían al desarrollo de los pulmones del bebé. Una semana después, Brenda fue atendida por otro obstetra que le dijo que su embarazo no era de riesgo y “la mandó a casa a hacer reposo”.

La última imagen de Brenda que quedó en las retinas de Jorge fue verla en una camilla rumbo al quirófano: “Nos miramos sin decirnos nada. Teníamos mucho miedo. Entró y ya no la vi más”. La cesárea, finalmente, se realizó cerca de las 19.30. “Ya era muy tarde. El bebé muerto empezó a descomponerse y la fue deteriorando a ella por dentro”, sostiene el hombre.

“A Brenda nunca le hicieron un monitoreo”

Jorge asegura además que a Brenda nunca le hicieron un monitoreo: “Eso hubiera ayudado a salvar al bebé, si todavía estaba vivo. O en su defecto, hubiese ayudado a salvar la vida de la mamá”.

Otra cuestión que atormenta a Jorge en el camino de las incertezas es el horario que dice haber informado el hospital sobre la muerte del bebé. “En el acta de defunción pusieron a las 20.05. A Brenda y a mí nos habían informado a la mañana que el corazoncito de Nehemías no latía”, remarca, y también denuncia irregularidades en cuanto al informe de su esposa: “Me llamaron a las 0.30 para decirme que ella había muerto. En el acta figura a las 0.50″.

“En ambos casos se sostiene que fue un paro cardíaco, y nada que ver”, señala Jorge. “Ellos dicen que cumplieron con el protocolo como correspondía -sigue-, y que yo estoy equivocado. Supuestamente, se forman para salvar vidas, ¿no? ¿Y qué pasó acá?”.