La tragedia que conmovió al mundo cumplió quince años. El 13 de octubre de 2010 fueron rescatados los 33 trabajadores atrapados durante casi 70 días en la mina San José, en el desierto de Atacama. Hoy sobreviven 32.
lunes, 13 de octubre de 2025
Este lunes se cumplen 15 años de uno de los acontecimientos más recordados en la historia reciente de Chile y del mundo: el rescate de los 33 mineros que habían quedado atrapados en la mina San José, cerca de la ciudad de Copiapó, en pleno desierto de Atacama.
El 13 de octubre de 2010, millones de personas alrededor del planeta siguieron en vivo la imagen de Florencio Ávalos, el primero de los mineros en salir a la superficie, elevando los brazos al cielo cubierto por el polvo del desierto. Fue el momento culminante de una historia que había comenzado 70 días antes, cuando un derrumbe ocurrido el 5 de agosto bloqueó las galerías y dejó aislados a los trabajadores a unos 700 metros bajo tierra.
En las primeras horas, la esperanza era mínima: la mina tenía antecedentes de accidentes y serias deficiencias en materia de seguridad laboral. Sin embargo, el gobierno del entonces presidente Sebastián Piñera organizó un operativo de búsqueda sin precedentes, sumando a ingenieros, rescatistas y especialistas internacionales.
Durante 17 días no hubo señales de vida, hasta que el 22 de agosto un mensaje escrito en rojo cambió el curso de la historia:
“Estamos bien en el refugio los 33”.
Esa nota, subida a la superficie por una sonda perforadora, dio inicio a una operación de rescate bautizada como “Operación San Lorenzo”, que movilizó recursos técnicos, humanos y emocionales a escala global.
La cápsula Fénix II, diseñada por la Fuerza Aérea de Chile con asistencia de la NASA, fue la herramienta clave para lograr el ascenso uno a uno de los mineros. El operativo duró 22 horas, y cada salida fue celebrada como un milagro por familiares, autoridades y millones de espectadores que seguían la transmisión en directo.
El episodio dejó enseñanzas profundas sobre las condiciones laborales en la minería y la importancia de reforzar los controles de seguridad, pero también sobre la solidaridad y cooperación internacional, ya que participaron expertos de Estados Unidos, Canadá, Australia y distintos países latinoamericanos.
Con el tiempo, los 33 mineros se convirtieron en símbolos de resistencia y esperanza. Algunos escribieron libros, participaron en documentales o dieron conferencias; otros regresaron a sus rutinas lejos de los reflectores.
Hoy, a 15 años del “milagro de Atacama”, 32 de los 33 siguen con vida. El único que falleció fue Mario Gómez Heredia, el más longevo del grupo, quien murió a los 73 años por una insuficiencia respiratoria, tras una vida dedicada al trabajo en las profundidades de la tierra.